miércoles, 7 de noviembre de 2018

Sorprendizaje: Como acabar con una educación aburrida



Una lección sobre los problemas de los sistemas educativos actuales y el verdadero objetivo que se debe perseguir. Una mirada al futuro sobre la educación como motor de cambio de la sociedad.



1 comentario:

  1. A mi parecer la educación es algo tan complejo que muchas veces, no tenemos idea de por dónde empezar cuando queremos cambiar nuestra práctica de enseñanza, transformar una escuela y darle un giro a todo un sistema educativo. Influyen tantos factores que parece imposible saber exactamente cuáles tienen un verdadero impacto y determinar a cuáles no darle tanta importancia. Sin embargo, los casos de éxito y la investigación nos confirman que esto es posible.
    Como sugiere Ramón, los docentes deben de compartir conocimientos, ya no enseñarlos. Las clases deben ser otras, en que todos los participantes puedan conectarse, entre clases, para un aprendizaje a través del debate.
    Principalmente, los docentes deben negarse a aburrir a sus alumnos. Tienen que hablar menos, escuchar más y sobre todo, poder sorprender a los alumnos. La capacidad principal de aprender es sorprender. Dice que cuando hay sorpresa, hay curiosidad. Cuando hay curiosidad, hay deseo porque hay estimulo, voluntad de saber y por lo tanto hay acción.
    Ramón cree también que el rol de un docente ahora debe ser de empujador, donante y agitador. El docente debe mover (hacer pensar), tiene que conmover (emocionar) y tiene que remover o provocar al estudiante. El docente debe despertar el deseo de observar a sus alumnos, que miren por todas partes y que tengan la ventaja de que puedan tener de pronto el descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado.

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